La honestidad de los católicos. La decencia de los franquistas

No voy ahora a presumir de católico porque no lo soy. Solo en contraposición con la hipocresía actual mayoritaria y con el auge increíble del islam es por lo que me coloco - muy a gusto - junto a los católicos. Mucho querría escribir sobre todo esto pero hoy no toca.

En cuanto a los franquistas, sí lo soy. Relativamente nuevo en ese club, pues fue la democracia la que me convirtió. A medida que fui conociendo la democracia (esta democracia), me fui haciendo más y más franquista. Porque también gracias a esta democracia fue que me interesé por saber más de Franco y de lo que hizo o dejó de hacer como Jefe del Estado. Tampoco me alargaré hoy aquí, quizá otro día. 

Pretendo hoy agradecer a los católicos su honestidad y a los franquistas su decencia. Coincidentes tantas veces en una sola persona lo de católico, lo de franquista, lo de honesto y decente, entre otras virtudes que son tan raras en estos tiempos de envidias, mentiras y falta de valores.

Quiero agradecerles la lección que suelen darme con su humildad y su generosidad. Precisamente ellos, los más denigrados por los ciudadanos de este país y esta época son los que me ayudan a creer aún en las personas. Han sido ellos, no los que presumen de progresistas, solidarios, justos, igualitarios... no los que acusan a otros de intransigentes y totalitarios, no los que descalifican, atacan e insultan... han sido los católicos, los franquistas y los falangistas los que nunca me han censurado a mí, siempre me han respondido con respeto. Ellos me han hablado y me han explicado sus cosas sin hostilidad, haciéndome sentir mejor y no al revés. 

Todo eso es lo contrario de lo que recibo cuando me acerco a uno de los buenos de este momento en esta mi querida España. Que lo fue, querida, que era España.

Para mí, en esta fecha y lugar, no habría mejor noticia que saber que las cosas pasaban a estar en manos de todos los que no han pintado nada en nuestro país durante estos 35 años. Ya he tenido suficiente de ese progreso y de esa libertad tan extraños para mí. Ahora pido más de aquello, pues echo en falta todas sus virtudes y no recuerdo ningún demonio del que temer su vuelta.

    

 

(sobre este escrito que traigo, un apunte: creo que con las autopistas se equivoca, a mí me parece que solo estaban las de Cataluña, de peaje)

VAMOS A SER FRANCOS

...

Lo primero que tengo que decir es que la muerte de Hugo Chávez, al margen de las diferencias ideológicas, me ha afectado bastante. No sé que tipo de cáncer tendría, ni como ha sido su evolución, lo que sé es que él tenía la misma enfermedad que yo y que no ha logrado superarla. Además esta semana se "ha ido" también, el actor Pepe Sancho, aquejado de lo mismo.

Yo no dejo de confiar en DIOS, pero confieso que estas cosas me dan mucho que pensar..., en fín, DIOS sobre todo. Sigo luchando, sigo rezando.

Dicho esto, diré que no me sorprende en absoluto, que ahora quieran embalsamar el cadáver de Chávez. La momificación "política" con el fín de mantener el culto a los dictadores, siempre ha sido práctica habitual de los regímenes totalitarios.... Los restos de Mao y Lenin, lo atestiguan. ¡Que distinto fue con "el dictador" Franco!...,

Alguna similitud si encuentro, entre el duelo por la muerte de Chávez y el de Franco. Las largas colas de ciudadanos para despedir a Franco también eran gigantescas. Durante el tiempo que estuvo abierta la capilla ardiente, unas 300.000 personas desfilaron ante el cuerpo sin vida de Franco, y estoy seguro que la mayoría de las lágrimas derramadas fueron sinceras.

Igual que con Chávez, los restos mortales de Franco, recibieron la despedida no solo del pueblo llano, sino de altos dignatarios internacionales. El todavía Príncipe Juan Carlos recibió personalmente a los representantes de EE UU, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, Portugal, la práctica totalidad de Sudamérica y Centroamérica, Pakistán, Marruecos, Turquía, Arabia Saudí, al rey Hussein de Jordania y al príncipe Rainiero de Mónaco. Incluso Naciones Unidas y la Comunidad Económica Europea (CEE) enviaron delegación.

Pero la gran diferencia es el enterramiento. Chávez será momificado y entregado a la veneración necrófila, para seguir dando alas al fanatismo populista. En cambio Franco fue sepultado cristianamente en el Valle de los caídos, junto a cientos de españoles de los dos bandos y allí permanece para que ser recordado y rezado por quien quiera hacerlo.

De Franco se han escrito tomos. En la oportunidad que me da el recuerdo suscitado por las exequias de Chávez, también pretendo yo... aportar algunas gotas de tinta virtual, al menos en dar mi opinión personal sobre tan singular personaje histórico: Francisco Franco Bahamonde.

Además creo que ciertamente es muy apropiado añorar a Franco, ahora que estamos en época de crisis y corrupciones; precisamente ahora... en el tiempo en el que, la clase media española -por él creada-, está sufriendo uno de sus mayores descalabros.

Efectivamente de Franco se ha escrito mucho, para ensalzarle o para rebajarle. Dentro de España se estilaba glorificarle cuando estaba en el poder, ¡durante toda su vida!. Muerto el General (en la cama -mal que les pese), el número de los maledicientes aumentó significativamente..., la influencia de la propaganda de la izquierda es poderosa.

El revanchismo y el complejo de inferioridad llevan lustros, tratando de entenebrecer uno de los períodos más fecundos de nuestra historia y de satanizar a Franco, su cabeza visible. Se intenta absurdamente borrar un período capital de la Historia, y a ese gobernante que fue sin duda, uno de los más honestos y eficaces con que ha contado España.

Ahora no cesan en echarle la culpa de la Guerra Civil. Sin embargo, yo.., como uno de mis mejores amigos, creo firmemente que este hombre fue providencial, exactamente igual que uno de esos grandes reyes bíblicos. Aquellos que luchaban porque no tenían más remedio que hacerlo y llevaban siempre a DIOS por bandera.

La guerra era inevitable, lo que hay que saber es que gracias a la VICTORIA capitaneada por él, España está hoy dentro del Occidente libre. Si en 1939 hubiera triunfado el modelo de Negrín y sus consejeros soviéticos, -aquellos que engalanaban la zona republicana con gigantescas efigies de Stalin-, nuestra patria se encontraría en una situación análoga a la de Albania o Corea. De la era de Franco queda nada menos que la sostenida inserción de España en el área de la libertad.

Pero aún hay más..., porque lo verdaderamente sorprendente, es que después de una España asolada por la contienda, se llegase a una recuperación extraordinaria. Bajo su mandato y directrices, España surgió de las cenizas y se produjo el innegable "milagro económico español".

- Los rudimentarios caminos se transformaron en vías transitables (casi todas las autopistas existentes se iniciaron entonces).

- Una nación que perdía sus escasos recursos hídricos, creó lagos interiores que duplicaban sus riberas marítimas.

- La España rural del 36 se convirtió durante la era de Franco en mayoritariamente urbana.

- Pero su gran triunfo fue la institución de la clase media española.

Antes de la guerra, tener coche era ser rico. Después de mediados de siglo empezaron las carreteras españolas a verse surcadas por los modestos "Seiscientos", fabricados en España. Y en una decada, el coche, modesto, pero capaz de ir a cualquier capital en pocas horas, era del dominio de la mayoría de los componentes de esa cada vez más abundante clase media española.

Su prioridad estaba clara, máxime después de la guerra. Hacer que todos tuvieran que comer; dar casa, trabajo y posibilidades a la mayoría.

- En los primeros años se creó el "Auxilio Social", verdadero pan para los pobres, y mantuvo un precio razonable los artículos de consumo obligado,

- Más adelante, creó las Escuelas de Trabajo, en las que se enseñaban las técnicas de varios oficio. Cristalizó posteriormente en la Formación Profesional.

Y puso en marcha las Universidades Laborales, donde los hijos de los obreros manuales y de los campesinos sin tierra se podían convertir, si estudiaban, en ingenieros y en peritos.

Y además de todo esto, ofreció casas baratas y la gente desposeída por la guerra se fue colocando... con el fin de que cada español fuera dueño de la casa donde vivía.

Y por si esto fuera poco...  se "inventó" el turismo como motor económico, y nos llenó España de guiris (y de divisas internacionales), en especial en Levante y las Islas.

¿Suerte?, ¡No!. Ideas claras de sus fieles, dirigidos por él.

Institucionalmente, durante su mandato y gracias a sus Ministros se crearon entes públicos como

La Seguridad Social,

El Instituto Nacional de Industria,

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas,

El Instituto de Cultura Hispánica,

La Junta de Energía Nuclear,

El Instituto Nacional de Emigración. etc., etc., etc. Todas esas cosas.. (excepto -desgraciadamente- el INI), SUBSISTEN, aunque algunas hayan sido rebautizadas en una infantil maniobra de apropiación.

A la vista de todo esto, se debería reconocer (si no tuviésemos tantos "respetos humanos" y tan absurdos complejitos), y se podría concluir diciendo que... gracias a todas esas instituciones y al empeño social de FRANCO, se alcanzaron dos de los logros más trascendentales de nuestra historia:

- la transformación de la mayor parte del proletariado en clases medias

- y la revolución industrial, infructuosamente intentada a lo largo de una centuria.

Ahora muchos, con tantas revueltas callejeras, parecen querer resucitar viejos rencores, avivar llamas de rebeliones, para dilapidar finalmente nuestra herencia más dichosa... sin saber exactamente cual es. Y es que todos, incluso esos nuevos revolucionarios de salón, están cómodamente anclados en esa clase media que este peculiar "dictador" creó. Como él mismo dijo... "gracias a la clase media española. no habrá otra guerra civil". Vamos a ser francos, de momento..., la Historia le da la razón.

Y lo dicho..., a pesar de las "adhesiones inquebrantables", nada que ver con lo de Chávez.

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