Cuando veas un jardín maravilloso felicita al jardinero, pero no dejes de buscar al amo del lugar para agradecerle haberlo hecho posible.
Cuando un jardín te resulte triste y abandonado consuela al jardinero y aléjate del amo del lugar.

jueves, 20 de marzo de 2014

Derechos “Sociales” contra Derechos “Naturales”

Derechos “Sociales” contra Derechos “Naturales”

La cooperacion voluntaria y pacifica, es desplazada por la coaccion

Desde los albores del siglo XXI, los gobiernos de izquierda han ido extendiéndose como una mancha de aceite sobre el continente latinoamericano. Sin embargo, no hay que pensar que éste es un hecho excepcional. La realidad es que, salvo por breves períodos, nuestros gobiernos –cualquiera sea su signo– han contribuido más a retrasar que a acelerar el desarrollo de nuestras respectivas naciones. De derecha o izquierda, en gran medida todos los partidos políticos latinoamericanos son socialistas.
Algunos de nuestros países jamás salieron del pre capitalismo. Otros, como lo demuestran los elocuentes casos de Argentina, Uruguay y Venezuela, retrocedieron del capitalismo al subdesarrollo en tan solo un par de décadas. En nuestras naciones abunda la pobreza, porque desde que tenemos memoria histórica el intervencionismo gubernamental, es decir, la dictadura económica, ha sido la regla general.
Parafraseando a Karl Marx diríamos que el socialismo, en cualquiera de sus variantes, ha sido el opio de nuestros pueblos. Nos jactamos de nuestra irracionalidad económica, como si de un mérito se tratase. Solemos decir que EEUU es rico porque es “práctico”, como si fuese un defecto. Mientras que nosotros somos pobres, pero “dignos”.
Antiguamente moral y economía constituían una sola cátedra. Una medida económica era “éticamente” buena, cuando sus resultados eran beneficiosos para la comunidad. Y era considerada censurable, si ocurría lo contrario. La gran hazaña de los teóricos y políticos socialistas, es haber logrado que la gente desvincule las metas buscadas de los resultados realmente obtenidos. Una vez esgrimidos los “loables” propósitos que impulsan a sus defensores, esa acción se justifica como “moral”, sin más análisis. La enseñanza “obligatoria”, que aun siendo “privada” es controlada por el poder estatal, ha contribuido eficazmente a perpetuar el oscurantismo latinoamericano. Mientras dure esta situación, la frustración colectiva, las periódicas dictaduras, la miseria en amplias capas de la población y el subdesarrollo serán nuestros rasgos distintivos.
El liberalismo es el único sistema de ideas que, aun parcialmente puesto en práctica, ha elevado de modo espectacular la calidad de vida del hombre común. Es una doctrina que proclama que la “dignidad” humana, está indisolublemente ligada a la posibilidad de que cada persona sea la auténtica dueña de su destino. Y eso tan solo es posible si hay libertad económica plena, sin interferencias ni restricciones sindicales ni gubernamentales.
Según los liberales, lo únicos derechos que en justicia pueden ser denominados de ese modo, son los “naturales”, que son tres: a la vida, a la libertad y a la propiedad. Son inherentes al individuo. Eso significa que nadie se los otorgó y por lo tanto, nadie está facultado para quitárselos. El papel de Estado se limita a protegerlos eficazmente. Tienen como contrapartida la responsabilidad individual. Y aunque parezca una paradoja, ése es su talón de Aquiles. A muchos no les gusta reconocer que si han fracasado o les va mal, la culpa es enteramente suya.
Los estatistas proclaman los derechos “sociales”, que supuestamente son otorgados por el Estado. Son múltiples, “artificiales” y hasta contradictorios entre sí. En esas condiciones, el poder político pasa a ser el árbitro entre los distintos grupos. Numerosas personas se sienten liberadas de una pesada carga. Ahora es la “sociedad” la obligada a “protegerlos”, y ellos deben exigir que sus “derechos” sean satisfechos.
En los hechos, esas diferencias en la concepción de los “derechos”, producen resultados opuestos. Por ejemplo, el derecho al trabajo, para un liberal, significa que nadie puede interferir en las cooperaciones voluntarias entre las personas. Los contratos laborales son un acuerdo libre entre las partes. Si se llega a un convenio, es porque ambas partes se benefician. Para el liberal, los salarios mínimos y las leyes sociales están violando y perturbando un derecho humano esencial, al negarle al hombre corriente la posibilidad de decidir, qué es lo más conveniente para él. Además de ello, está demostrado empíricamente, que ese tipo de ley hace crecer el desempleo perjudicando especialmente a los que tienen menos capacitación. Es decir, a los más pobres y por ende, los que más lo necesitan.
Está comprobado que, en el mejor de los casos, la intervención estatal es innecesaria. Sin embargo, contribuye a hacer ásperas las relaciones laborales. Y, frecuentemente, a aumentar el desempleo y el trabajo informal.
El efecto moral tampoco es menor. La cooperación voluntaria y pacífica, es desplazada por la coacción y las tensiones sociales. La energía creadora no se orienta a producir, sino a obtener favores políticos. Y disemina el espíritu servil, en el tejido social.
El artículo se encuentra publicado en el muro de Facebook de Hana Fisher.
http://blog.panampost.com/hana-fischer/2013/09/19/derechos-sociales-versus-derechos-naturales/


sábado, 15 de marzo de 2014

Parece que viviéramos en el paraíso liberal, en la Arcadia del libre mercado

No llamen a esto capitalismo


Probablemente han visto ustedes la película El show de Truman, que narra los avatares de un hombre de treinta años que ha nacido, crecido y vivido los 10.909 días de su existencia dentro de un reality show. Su protagonista, Truman Burbank –interpretado por Jim Carrey–, ha pasado todo ese tiempo creyendo que era libre y dueño de su propio destino cuando, en realidad, todo lo que le rodeaba era pura ficción. Es decir, toda esa percepción de libertad y control de su propia vida era una farsa, estando su existencia sujeta a los designios del creador del show, Christof –Ed Harris– y las audiencias. Pues bien, algo similar ocurre en Occidente, que creemos que disfrutamos de un régimen de libre mercado cuando, en realidad, se trata de capitalismo de amiguetes –crony capitalism.
Y es que es habitual leer en columnas de opinión y escuchar en tertulias radiofónicas o debates televisivos ataques al capitalismo, tildándolo de salvaje, inhumano, egoísta, ruin o cualquier otro epíteto negativo que se les ocurra. Parece, cuando se les presta atención, que viviéramos en el paraíso liberal, en la Arcadia del libre mercado. Sin embargo, lo que describen políticos, tertulianos y otros profesionales de la opinión cuando critican al capitalismo no son sino acciones y sus consecuencias, que poco tienen que ver con el sistema genuino de libre mercado, que tanto progreso y bienestar ha aportado a la sociedad en las pocas ocasiones que se le ha dado la oportunidad.
Díganme, ¿creen que puede catalogarse de capitalismo un sistema en el que las Administraciones Públicas concedieron en 2012, según recoge el anuario de la firma de rating española Axesor, más de 3.000 millones de euros en subvenciones a sociedades mercantiles? Tan sólo 50 de las 35.000 empresas subvencionadas con el dinero de sus bolsillos, un 0,14%, acapararon el 20% de todas esas ayudas. ¿Creen que esa cantidad se empleó en apoyar a pymes? No, ese ranking lo encabezan fabricantes de automoción (133 millones de euros), empresas mineras del carbón (100 millones de euros), empresas de telecomunicaciones (80 millones euros) o energéticas (70 millones de euros). Buena parte de ellas, empresas del Ibex o multinacionales.
Lo que describen políticos, tertulianos y otros profesionales de la opinión cuando critican al capitalismo no son sino acciones y sus consecuencias, que poco tienen que ver con el sistema genuino de libre mercado
Todo ello sin contar el rescate a la banca, que según las normas de contabilización de las autoridades comunitarias de defensa –sic– de la competencia ascendieron –según el informe de la antigua CNC– a 84.630 millones de euros y que, en total, podrían alcanzar fácilmente los 100.000 millones de euros. Y todo ello sin contar, naturalmente, las privilegiadas condiciones de liquidez facilitadas por el Banco Central Europeo (BCE), que actúa a modo de red de seguridad de la que ningún otro ser mortal dispone para el desarrollo de su actividad, aparte, claro está, de proporcionarles pingües beneficios en forma de carry trade.
Sin embargo, los rescates estatales de empresas privadas no se circunscriben únicamente al sector financiero. Todos tenemos en mente empresas que se han visto auxiliadas con dinero de los contribuyentes cuando se han visto en dificultades. Todas comparten la característica esencial de ser grandes y tener conexiones políticas. Si ustedes tienen una pyme a punto de quebrar, una hipoteca que no pueden pagar o una deuda con Hacienda, esperen sentados, y preferiblemente a la sombra, a que vengan los políticos a rescatarles. Pero si tienen un exministro o similar sentado en un consejo de administración o de asesor, estén tranquilos. ¿De verdad puede alguien pensar que el liberalismo que defendieron LockeSmithBastiatMises,HayekHazlitt, etc. es esto?
El capitalismo se define por ser un sistema de beneficios pero también, pese a que esto se olvida con frecuencia, de pérdidas. No obstante, cuando el sistema se corrompe y las ganancias se continúan privatizando, pero las pérdidas de unos pocos escogidos se socializan, deja de ser un mercado libre y se convierte en capitalismo de amiguetes. Como Truman en la película, podemos sentir la apariencia de libertad, pero la realidad es otra. Y eso inflige un daño mayor en la sociedad, pues este sistema ha usurpado el nombre al capitalismo de libre mercado y ha puesto en bandeja la excusa a los enemigos de la libertad. Como el capitalismo es el mal, aumenta la regulación, y se crean más oportunidades para que los amiguetes puedan sacar tajada.
Y es que existen empresarios genuinos que hacen su dinero compitiendo limpiamente en el mercado y se juegan su capital tratando de acertar los deseos de sus clientes y seleccionar los proyectos que son rentables. Y existen otros, empresarios también, que medran en sus negocios gracias al favor del Gobierno, bien sea erigiendo barreras de entrada, adjudicando subvenciones y créditos blandos u otorgándoles contratos y otros privilegios.
Es esencial distinguir entre ambos tipos de empresarios, dado que los primeros, aun buscando el propio interés, contribuyen al crecimiento económico y a la creación de empleo, mientras que los segundos se limitan a redistribuir la riqueza para beneficio suyo y de sus contactos en la Administración. Beneficio que, por definición, obtienen siempre a costa de otros. Estos capitalistas simplemente no podrían sobrevivir en un mercado libre, ya que necesitan para vivir de sus amiguetes.
Al principio de El Show de Truman, si lo recuerdan, aparecen una serie de entrevistas a los actores del programa, entre ellas al supuesto mejor amigo de Truman, Marlon –Louis Coltrane–, que dice: “Es auténtico, todo es real, aquí nada es falso, nada de lo que ven en este programa es falso… sólo está controlado”. Piensen ahora en todas las regulaciones, trámites y restricciones que nos imponen todos y cada uno de los niveles de la Administración Pública. ¿Creen que viven en la selva del libre mercado? Intenten montar una simple cafetería y adéntrense en la jungla burocrática para dar de alta su negocio, algo que, según el informe Doing Business 2014del Banco Mundial, lleva en España 23 días en promedio, con unos 10 trámites y un coste medio de 1.000 euros.
Y, si aún no han visto el foco caer, como le ocurre al principio de la película al protagonista y que hace que empiece a albergar sospechas, valoren si es un mercado libre aquel en el que el 60% de la tarifa eléctrica se va en cargas fiscales y subvenciones que fija el Gobierno, aquel en el que el 50% del precio de la gasolina corresponde a impuestos, aquel en el que el Estado atosiga al ciudadano con más de cien figuras impositivas distintas y en el que este debe trabajar 130 días sólo para pagar sus tributos. Aquel, en definitiva, en el que el sector público pesa en la economía más del 40%del producto interior bruto (PIB). ¿Es esto capitalismo salvaje o estatismo desbocado?
Una de las principales críticas que se realizan a las sociedades capitalistas es la desigualdad. No se tolera que en una sociedad haya ricos y pobres, que algunos acumulen riqueza y otros deuda y que permitan la existencia de diferencias salariales de varios órdenes de magnitud entre los directivos de las empresas y sus trabajadores menos cualificados. Sin embargo, la realidad es que todas las sociedades son desiguales, incluso las supuestamente comunistas. Miren si no dónde viven y a qué lujos tienen acceso los Raúl CastroNicolás Maduro o Kim Jong-un de este planeta y compárenlo con el nivel de vida de sus oprimidos súbditos.
Si ustedes tienen una pyme a punto de quebrar, una hipoteca que no pueden pagar o una deuda con Hacienda, esperen sentados, y preferiblemente a la sombra, a que vengan los políticos a rescatarles. Pero si tienen un exministro o similar sentado en un consejo de administración o de asesor, estén tranquilos
La cuestión no es tanto la existencia o no de desigualdades, que a nadie en su sano juicio le pueden parecer deseables, sino su origen. ¿Son ricos los ricos gracias al botín obtenido en el ejercicio de la fuerza, como ocurre en las sociedades feudales, o gracias a los monopolios concedidos por el Estado, como ocurre en los sistemas mercantilistas? ¿O han alcanzado su posición económica porque han sabido anticipar y satisfacer las necesidades de otras personas y han obtenido su recompensa?
¿Ofrece el entorno institucional oportunidades e incentivos para mejorar la propia condición o, por el contrario, fomenta la existencia de grupos reducidos que concentran el poder político y económico y que bloquean sistemáticamente la movilidad social, creando techos artificiales de cristal? Por ejemplo, les invito a reflexionar sobre lo siguiente: ¿a quién beneficia realmente la progresividad fiscal? Piénsenlo por un momento y díganme si aplicando un impuesto confiscatorio del 56% a las nóminas más altas noimpide la acumulación de ahorro de aquellos profesionales de mayor cualificación y que han empezado desde cero, a fuerza de esfuerzo y sacrificio.
Díganme si esta progresividad agresiva no dificulta que puedan invertir en proyectos empresariales y competir con quienes ya están instalados en la aristocracia político-económica, con mayor facilidad para eludir el pago de impuestos y con un acceso infinitamente mayor a los circuitos de poder político. ¿Aún piensan que la progresividad fiscal beneficia a los pobres? Recuerden la isla en la que vivía el Truman de la película y las dificultades que le ponían cada vez que intentaba abandonarla.
En definitiva, ¿prefieren ustedes (1) un sistema capitalista corrompido como el actual, que permite que unos cuantos amiguetes se lucren a costa del resto, o (2) un mercado auténticamente libre, que promueva la sana competencia, elimine barreras de entrada, multiplique las opciones de los consumidores, suprima las subvenciones y créditos blandos y que asegure que la única forma de hacerse rico sea sirviendo a los demás, creando productos que hagan la vida más fácil, utilizando los recursos de forma eficiente e innovando continuamente a favor de la sociedad? No les quepa la menor duda de quequienes defendemos el capitalismo abogamos por un mercado genuinamente libre y rechazamos el capitalismo de amiguetes, incompatible con el primero.

ANTONIO ESPAÑA
(http://blogs.elconfidencial.com/economia/monetae-mutatione/2014-03-14/no-llamen-a-esto-capitalismo_101871/)

domingo, 29 de diciembre de 2013

Injusticias que no debes denunciar o criticar

Nuevo mandamiento

Injusticias que no debes denunciar o criticar.
Las que se cometan con:
- Cristianos
- Israel 
- Maridos
- Ciudadanos/as en placenta
- Militares, Guardias Civiles, Policías
- Empresarios
- USA
- Régimen anterior
- Víctimas de ETA
- Españoles
- Ciudadanos de Cataluña o País Vasco
- Heterosexuales
- España
- Funcionarios públicos (jueces u otros) honrados
- La Historia
- El liberalismo
- El capitalismo
- El falangismo
- Mi idioma
- La Revolución Industrial
- Madrid
- Los gays, las mujeres, las niñas (si ocurre en el Islam)
- Los ciudadanos (si ocurren en ciertos regímenes)
- La independencia de pensamiento

Ruego disculpas a los que haya olvidado, yo estaré con vosotros/as, espero.

lunes, 23 de diciembre de 2013

EL ABORTO, ¡qué gran tema para hablar, para escribir, para cantar!

Pues no señor, no es un tema para hablar ni para escribir, mucho menos para cantar.


Si aguanto estas nauseas, después de dos días leyendo y escribiendo sobre algo que ni imaginarlo debiéramos, el último vano esfuerzo lo haré aquí, a solas. Serán algunos copia/pega de lo que ya he dicho y que no quiero remover más.

 Entiendo que el tercero en discordia, para ti no existe o no es importante o no tiene derechos.

ES un ser humano (para los que lo justificáis con un reloj, con un calendario o con una cinta métrica). Un óvulo fecundado YA ES UNA VIDA, se trate de un buitre leonado, de un toro de lidia o de una persona.

 Lo que sí siento es que la madre naturaleza haya diseñado así las cosas (útero/mujer), ojalá cada nueva vida no la hubiera puesto en las barrigas, en las manos, de nadie.

 Rosa, lo de masturbarse como "argumento" está más visto que el tebeo. El espematozoide no es nada, el óvulo tampoco, no tienen ningún futuro. Es el óvulo fecundado lo que marca la diferencia entre la vida o la nada. 

 Ayer fue "el día del aborto" en cuanto a artículos, 'posteamientos' y comentarios.
Todos repetimos hasta el aburrimiento las razones de porque sí o porque no.
Como parece que las posiciones están enquistadas, propondré aquí unos puntos que considero importantísimos, que permitirán dejar a un lado el tema en concreto - por lo visto, imposible de consensuar - y que seguramente sí se aprobarán por unanimidad:
Que la sociedad concentre energías, esfuerzos y fondos en:
- Educar BIEN sobre sexualidad. NO por mostrar mapas de clítoris etc. sino por hacer ver que practicar sexo tiene más connotaciones que jugar al billar (y que no son solo los posibles embarazos).
- Ayudar DE VERDAD y en todos los aspectos a toda mujer embarazada que no se alegre de estarlo, por la razón que sea. Siendo capaces de distinguir - la sociedad y las ayudas - las diferencias de cada caso, que son muchas. Desde una niña inconsciente y malcriada hasta los casos más difíciles y traumáticos hay infinidad de circunstancias que NINGUNA LEY, abortista o no, puede contemplar. 
(Ahora sí pongo una opinión al margen: me parece patético poner hora o fecha o centímetros a la vida, pero esto "sobraría" aquí. Lo siento, perdonadme el impulso subjetivo)
- Conseguir ser la sociedad del planeta que más y mejor atienda a todo niño huérfano o abandonado. De verdad, con continuidad y seguimiento, sin descanso. Procurando disminuir en la medida de lo posible la distancia - para una criatura - entre tener o no tener un padre y una madre.


Mordred, hace poco hablaba con mi hijo sobre eso (las malformaciones). Hay que reconocer que es jodido. Yo creo que soy poco sufrido, que no sería capaz de salir adelante y me querría morir si estuviera como están algunas personas. Pero, ¿se que son infelices todos los "malformados" y puedo opinar o decidir?. Incluso en Internet veréis casos (está ese hombre sin brazos ni piernas que da conferencias, que parece tan feliz o infeliz como cualquiera) que nos dicen que TAMBIÉN hay que dejarles vivir su propia vida. Esto enlazaría con la eutanasia, que SÍ debería ser un derecho y estar "ayudado" (con las precauciones y las moratorias necesarias). Mi muerte SÍ es cosa mía, si llegara a desearla... y si no llega por si sola antes de lo que me gustaría 

Alberto Morales, por favor, fechas, horarios y centímetros no. La ciencia ha afirmado muchas cosas que luego ha corregido. SABEMOS que, si nadie interviene, alguien está en camino. Todo lo que debatamos no cambiará las verdades que nos superan. Podemos convencernos y convencer a otros de lo que queramos (lo estamos viendo todos los días), pero nunca las palabras cambiarán las cosas que han sido, son y serán por muy soberbia que sea la especie Homo Sapiens

 Sí "SABEMOS que, si nadie interviene, alguien está en camino". La ciencia quizá diga mañana que han descubierto tal o pascual, pero la ciencia no cambiará eso. (Bueno, la ciencia puede avanzar hasta crear seres o clonarlos o mil cosas, pero no hará que un óvulo fecundado no sea un óvulo fecundado)

Que nadie se confunda. Yo no profeso ninguna religión ni fe. Ni siquiera la fe socialista 

 Lo de los niños muriendo de hambre es una verdad como una casa. Se me ocurren unos miles de cosas que hacemos mal (habéis visto mi propuesta más arriba). Tampoco esa verdad ni muchas otras me convencen de que deba interrumpir un proceso en marcha, tanto si va a ser una persona como si va a ser un lince o una avutarda.

 ¡POR FAVOR!, aborto y eutanasia son la noche y el día. Aborto y pena de muerte es buscarle tres pies al gato. Cada cosa es cada cosa. Ojalá en el futuro, aunque sea muy lejano, ni si quiera se piense en la posibilidad de abortar, se permita morir a cada uno cuando y cómo le parezca y - a determinados demonios con forma de persona - se les de cadena perpetua sin posibilidad de remisión. La pena de muerte NO puede ser, porque la Justicia comete errores incluso en los lugares donde funciona decentemente. Se pude resarcir (algo) de unos años de cárcel por error, pero si has ejecutado a un inocente...

De acuerdo con los que no mezclan aborto y religión. Los que no profesamos una fe también podemos distinguir un asesinato, aunque el cadáver se pueda coger con una pinza.

 Pues terminaré (por mi parte) con un poco de humor negro: "Hijo mío me he enterado de que no eres hijo de tu padre si no fruto de la violación que sufrí hace 12 años. Entenderás que tengo que matarte, no quiero revivir aquello cada vez que te vea"

Jose Ramón, si yo no quiero que se contemple la pena de muerte es por la posibilidad del error, haber ejecutado a un inocente. ¿No podrían todos los abortistas, al menos, contemplar la posibilidad de estar equivocados?. El error ahí no conllevaría una subida de precios o que gane el peor candidato, estar equivocado en eso supone miles de inocentes ejecutados.

Hombre, como en "matar en defensa propia". A eso que expones ni si quiera habría que llamarle aborto, es el derecho a la vida contra el derecho a la vida, el que toma la decisión sí que tiene un marrón: "Y si hubiera intentado...". Jodido, muy jodido.

 "Ser humano", sí señora. Podemos pasarnos la vida debatiendo y eso no cambiará. El ser humano lo es desde que existe, independientemente de las células que ha llegado a reunir.


Hoy, 24 de diciembre, añado:


Un "amigo" liberal escribe

"Hay algunos liberales muy respetables , que se convierten en conservadores al hablar del aborto. Son los conservadores lobo"

... y yo no consigo reprimirme y me explayo:

Yo. el primero, amigo Hector. Así como me gustaría que se aplicara el liberalismo que he conocido leyendo a los liberales (en lo político y en lo económico principalmente), no veo por qué eso tiene que ir acompañado de ser pro-abortista, ni porque se debe ser antiespañol - dos cosas que me han demostrado los liberales también en sus escritos - y que además se me meta en "conservador" (y en religioso, cuando yo no profeso ninguna fe). No entiendo por qué hay que seguir una religión para reconocer un asesinato: Una o más personas encontrando razones para interrumpir una vida, sea alguien que ya tiene millones de células o no dándole tiempo a alcanzar más de unas pocas.

Matizando por otro lado: Algunos sabéis que yo era de UPyD, pero ocurre lo mismo, yo no podía asumir TODO lo del partido por mucho que me gustase UPyD. Por eso nunca podré llamarme liberal estrictamente, porque nadie me obligará a ser 100% lo que diga una ideología.

 Me vais a perdonar que abuse de "comentarios": Nuestra amiga Mansilla puso una imagen con texto que terminaba diciendo "Vive ¡y deja vivir!", pero ella es pro-abortista, como buena liberal. El liberal me habla de ser libres e independientes - como individuos - pero me reprocha que lo sea con respecto a algún dogma liberal. ¿¿??

(Un tal Tomás se queda a gusto escribiendo) 
El problema del libertarianismo, sobre todo en España y EEUU, es que mucho ultraderechista se ha colado entre sus filas.
Bingo


En algunos aspectos de mi vida, sí que me aceptarían los conservadores entre los suyos, también lo harían los perroflautas con respecto a mi deseo de legalizar-regular drogas y prositución, admiro muchas cosas de los católicos de a pie. Entonces ¿soy como un perro verde, tan raro que no quepo en ningún sitio?. (Admiro a José Antonio Primo de Rivera, a lo que hizo Franco por España y POR LOS ESPAÑOLES honrados y trabajadores... Sí, NO PUEDO pedir carnet liberal, como veis, ni ningún otro.

Tomás acaba de rematar mis explicaciones y lo ha hecho de maravilla, gracias.