Cuando veas un jardín maravilloso felicita al jardinero, pero no dejes de buscar al amo del lugar para agradecerle haberlo hecho posible.
Cuando un jardín te resulte triste y abandonado consuela al jardinero y aléjate del amo del lugar.

domingo, 13 de octubre de 2013

Defensa estafa a Hacienda. Y así sucesivamente



Durante el año 1980 estaba yo cumpliendo mi servicio militar a bordo del Destructor Alcalá Galiano.
Estuvimos patrullando el Sáhara, protegiendo a nuestros pesqueros de los "ataques" del Frente Polisario en sus Zodiacs , dando cobertura sanitaria, ayudas y todo eso.

Tuve muchas sorpresas desagradables - y algunas agradables - durante la mili, pero me impactó especialmente cuando, con el resto de la dotación del buque, me convertí en un contrabandista:
En orden (y espacio) jerárquico, desde el Comandante hasta la marinería, todos fuimos autorizados a hacer determinada cantidad de compras en Canarias y a embarcarlas. No habría ningún problema ni en ocupar un espacio 'x' en un barco de La Armada Española ni en desembarcarlo cuando pudiéramos y quisiéramos, sin más. No habría (más) controles, no deberíamos declarar nada, no habría impuestos que pagar.
En nuestro caso entonces, que yo sepa, no se incluían entre las compras autorizadas el "chocolate" y otras yerbas... Todo lo que iba entrando a bordo era de índole electrodoméstica, tabaquil, alimentaria,... todo de comercio legal en Las Islas Afortunadas.
El Alcalá Galiano pasó a ser totalmente inoperativo, claro, con los pañoles y todo lo demás a rebosar de contrabando. Pero esto no parecía tener ninguna importancia, nos echaríamos a la mar, rumbo a Barcelona, con escalas, pero sin capacidad alguna para atender a nada ni a nadie, pacífico o belicoso.

Entonces me resultó desconcertante todo esto, pero no lo analicé demasiado. No pensé si eso era así desde siempre, si "el General" lo habría permitido en el pasado o si era cosa de esa nueva "libertad" que habíamos alcanzado, si sería quizá una de las maravillas de esa memocracia que luego me daría ¡zas! en toda la boca un día sí y otro también.
Hoy, desde la perspectiva del tiempo, después de lo visto, con lo que veo, me parece hasta normal:
EL MINISTERIO DE DEFENSA ESTAFANDO AL MINISTERIO DE HACIENDA, 
el Estado defraudando al contribuyente, el funcionario delincuente... y el españolito encantado de pillar cacho sin apercibirse del mal que hace y del que permite hacer sin alzar la voz, del cual es testigo, cómplice y culpable.
Y en eso estamos, así seguimos, pero con 33 años de práctica y las NNGG embebidas de esa "libertad".    

2 comentarios:

  1. Interesante experiencia que enriquece los conocimientos sobre bandolerismo estatal que padecemos desde que la reina Isabel La Católica se fumó el primer porro.

    ResponderEliminar
  2. Jejeje. Tanto flipa, flipa tanto, Isabel como Fernando. No sabía nada yo de eso xD
    Javier, digo yo que se podrá evitar ese bandolerismo estatal. O llevarlo a mínimos, porque resulta descorazonador además de ruinoso.

    Un saludo

    ResponderEliminar